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Sistema de Indicadores sobre Desertificación para la Europa Mediterránea

 

Las principales cuestiones asociadas con la desertificación en el Mediterráneo

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Incremento de la agricultura intensiva de regadío
Autor principal: Gonzalo González Barbera <gbarbera@cebas.csic.es>
Con contribuciones de: Maria José Roxo y Pedro Cortesao Casimiro <mj.roxo@iol.pt>, Giovanni Quaranta, Rosanna Salvia <quaranta@unibas.it>, Constantinos Kosmas <lsos2kok@aua.gr>

Traducción: Juan Ramón Molina Menor


g Descripción de las razones que llevan al incremento de la agricultura intensiva de regadío y por qué es un problema en el contexto de la desertificación
g Ejemplos de incremento del regadío intensivo en áreas mediterráneas
g Portugal
g España
g Italia
g Grecia
g Descripción general de la interrelación de los indicadores
g Tabla de indicadores específicamente relacionados con este problema

g Descripción de las razones que llevan al incremento de la agricultura intensiva de regadío y por qué es un problema en el contexto de la desertificación
Autor: Gonzalo González Barbera <gbarbera@cebas.csic.es>

El riego es un factor muy importante cuando se pretende aumentar el rendimiento de los cultivos en climas áridos, semiáridos y subhúmedos. En los países del Mediterráneo Norte, la asociación entre precipitaciones escasas, inviernos suaves y grandes mercados estimula el incremento del regadío. El riego está frecuentemente ligado a una sobreexplotación de los recursos superficiales o subterráneos. La sobreexplotación de esos recursos conduce a la degradación de la calidad y de la cantidad del agua disponible, afectando también a ecosistemas seminaturales. La sobreexplotación de los acuíferos produce el agotamiento de los recursos y su degradación generalizada, especialmente por salinización. El desequilibrio entre la demanda y los recursos disponibles suele generar procesos de degradación ex situ, a veces a mucha distancia. La expansión de las nuevas tierras de regadío está basada en técnicas agresivas que provocan la destrucción de los suelos, sin que se tomen en general medidas de conservación para evitarlo. La baja calidad de las aguas de riego debida a la sobreexplotación acarrea la salinización del suelo y la pérdida de la productividad de los cultivos.

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g Ejemplos de incremento del regadío intensivo en áreas del norte del Mediterráneo afectadas por la desertificación

g Bajo Alentejo interior, Portugal
Autores: Maria José Roxo y Pedro Cortesao Casimiro <mj.roxo@iol.pt>

La importancia del regadío está aumentando de manera significativa en el Bajo Alentejo interior, sea para alimentar el ganado durante los periodos de escasez de pastos naturales o para diversificar la producción a fin de mejorar los ingresos de los agricultores en estas zonas de agricultura marginal. Se está incrementando así progresivamente, y como consecuencia de los incentivos de la PAC, la superficie de regadío cultivada con pastos, almendros, olivos, sorgo, maíz y lino. Antes de la entrada de Portugal en la Comunidad Europea (en 1986) el regadío apenas existía en el municipio de Mértola. En 1989, las estadísticas agrarias describían 254 hectáreas como potencialmente regables y en 1999 las infraestructuras de riego cubrían 840 hectáreas.

La agricultura de regadío aparece allí donde la topografía lo permite, por ejemplo en los fondos llanos de los valles o en otras superficies con pendientes muy suaves, basándose generalmente en sistemas de riego por goteo alimentados por depósitos situados al aire libre (pequeñas presas y embalses). El agua no suele ser extraída a partir de pozos ya que las reservas subterráneas son extremadamente pequeñas y limitadas como consecuencia de la litología impermeable (rocas metamórficas paleozoicas).

Embalse cerca de Corvos, Mértola (fotografía de Maria Roxo y Pedro Casimiro).

No obstante, el regadío siempre ha sido utilizado en el Bajo Alentejo interior y en el municipio de Mértola, como lo atestiguan los pozos y los restos de sistemas tradicionales de riego (molinos, acequias) presentes en algunas pequeñas zonas. Los fondos de los valles constituían lugares favorables para esta actividad gracias a la mejor calidad y al mayor contenido en humedad de los suelos. Estas pequeñas zonas fueron cultivadas y cuidadas de forma intensiva puesto que los productos obtenidos eran fundamentales para la población local. La horticultura y los frutales (naranjos, perales, manzanos, olivos, higueras) predominaban y siguen siendo visibles como pequeñas manchas en el paisaje.

Ovejas en un pasto de regadío, Vale Formoso, Mértola (fotografía de Maria Roxo y Pedro Casimiro).

La despoblación acarreó una perdida de funcionalidad de estas áreas (ver la descripción sobre el abandono de la tierra). Sin embargo, algunas de ellas han empezado a ser utilizadas de nuevo con el propósito de producir cultivos subvencionados por la UE (ver la tabla más abajo). Esta evolución conlleva graves consecuencias medioambientales, puesto que se consumen grandes volúmenes de agua y los suelos se van contaminando progresivamente con residuos químicos. La polución de los acuíferos, principalmente por nitratos y metales pesados (provenientes de abonos y pesticidas), es ya una realidad, porque el tipo de agricultura practicada busca obtener producciones unitarias elevadas que requieren el uso de grandes cantidades de nutrientes.

Área de cultivos de regadío (ha) - Municipio de Mértola

CULTIVOS
1989
1999
Frutales
-
57,04
Cítricos
-
67,78
Olivos
-
54,9
Forrajeros
-
32,91

Fuente: INE, Recenseamento Agrícola

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g Cuenca del Guadalentín, España
Autor: Gonzalo González Barbera <gbarbera@cebas.csic.es>

En la cuenca del Guadalentín (sudeste de España), la superficie de regadío se ha incrementado en más de un 150% durante los últimos 50 años. La utilización de los recursos hídricos locales ya era muy considerable al inicio del siglo XX, y la expansión del regadío se ha basado por una parte en la regulación de estos recursos y por otra en la importación de recursos externos (cabecera del Segura y cuenca del Tajo) unida a la sobreexplotación de los acuíferos. La tasa de bombeo al que está sometido el principal acuífero de la cuenca del Guadalentín es cuatro veces superior a la tasa de recarga. Si consideramos toda la cuenca del Segura, a la que pertenece el Guadalentín, un 40% de los acuíferos sufre de la salinización, lo que supone más de un 60% de los recursos utilizados.

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g Cuenca del Agri, Italia
Autores: Giovanni Quaranta, Rosanna Salvia <quaranta@unibas.it>

La cuenca del Agri se encuentra en la región de Basilicata en el sur de Italia. Esta situada en el corazón de los montes Apeninos de Basilicata y abarca 1.730 kilómetros cuadrados, contando con una población de 94.291 habitantes. El río Agri recorre 136 km hasta desembocar en el mar Mediterráneo.

La cuenca del Agri tiene un clima mediterráneo templado fresco, con marcadas diferencias entre la costa y las montañas del interior. Los campos del interior tienen un clima fresco y precipitaciones superiores a 150 mm durante el verano, mientras que las zonas costeras no alcanzan 100 mm en ese mismo periodo. Además los veranos son muy secos, con temperaturas medias mensuales superiores a 23°C en los meses más cálidos.

Siguiendo la pauta típica de la intensificación agrícola en los países mediterráneos, la cuenca del Agri ha experimentado un cambio en la localización de las actividades agrícolas rentables, que se han desplazado de las tierras altas a las llanuras, acarreando una marginalización de los campos del interior. Así las partes inferiores de la cuenca del Agri han experimentado una enorme intensificación de la agricultura acompañada de una expansión del regadío, hecha posible gracias a la construcción de varios embalses que acumulan un tercio de las aguas superficiales de la región. Estas inversiones han permitido el riego de grandes extensiones de terreno y la producción de cultivos altamente rentables que han remplazado los cultivos tradicionales en amplias zonas. El área total de regadío en la cuenca del Agri es de 14959 hectáreas (Istat, 2000), un 35% de la superficie irrigada de la Región de Basilicata, concentrándose a lo largo de la costa (cuenca baja, alrededor de un 80%) y en las demás zonas llanas de la cuenca. La expansión de estos cultivos de gran rentabilidad, con el impacto sobre el empleo que ello comportaría, se ve obstaculizada hoy día por la escasez de agua. Esto se acentúa por el hecho de que el periodo de máximo consumo de agua (julio y agosto) coincide con el pico de la demanda de otros sectores productivos (turismo, industria) que suelen verse favorecidos en comparación con el sector agrícola. No se puede plantear una expansión del regadío a largo plazo basada en el aumento del número de embalses, porque la recarga de los acuíferos situados aguas abajo ya se ha visto disminuida por los embalses existentes y los acuíferos sedimentarios costeros no están siendo recargados.

La considerable reducción de las precipitaciones otoñales e invernales durante los últimos años ha provocado un serio problema de escasez de recursos hídricos. Como ya se ha indicado, el sector agrícola es el que más sufre con esta situación puesto que representa el 70% de la demanda de agua. Se estima que el déficit hídrico de la Región de Basilicata es de unos 70 Mcm.

Los efectos de la sequía son fuertemente agravados por una gestión ineficaz que ha reducido sustancialmente el agua disponible. De hecho las infraestructuras de riego son obsoletas y el uso generalizado de técnicas tradicionales ha causado un excesivo consumo de agua. Además el sistema de distribución de aguas adolece de un deficiente mantenimiento y de una falta de modernización que conllevan una pérdida media de un 30% del agua total, llegando incluso a un 50% en algunos casos. Esto explica por qué un número creciente de explotaciones utiliza sistemas de almacenamiento de agua privados. Los datos disponibles acerca del origen del agua consumida muestran que en el sur de Italia un 62% de las explotaciones dispone de pozos (V. Gallerani - D. Viaggi, The state of irrigation in Italy). El incremento de los bombeos privados está provocando serios problemas en los acuíferos, que están disminuyendo su nivel y sufriendo la intrusión de aguas salobres hasta el punto de salinizarse. El efecto combinado de una elevada cantidad de sales en el agua de riego, un intenso regadío estacional y un gran déficit hídrico inherente al clima aumentan el riesgo de degradación del suelo.

Salinización en la cuenca baja del Agri (fotografía de G. Quaranta).

El uso eficiente de los sistemas de regadío (riego por goteo  y riego subterráneo utilizados de forma regular, todos los días, con un volumen de agua reducido porque equivalente a la demanda de los cultivos) se ve dificultado por el tipo de abastecimiento con el que cuentan las explotaciones, que sigue estando basado en aportes semanales. Estos métodos de riego localizado ayudan a evitar la contaminación de las reservas de agua (superficiales o subterráneas) y a conservar la materia orgánica del suelo. Esto es debido a que la reducción de las superficies mojadas disminuye la evaporación, lo que a su vez reduce los procesos de mineralización.

La situación del sector del agua se complica aún más a causa de cuestiones administrativas e institucionales. En primer lugar, el agua es también utilizada en parte por otras regiones vecinas, lo que provoca actualmente un debate político acerca de la adecuada explotación de los recursos hídricos. En segundo lugar, la reciente privatización completa del sistema de abastecimiento ha acentuado las incertidumbres sobre la disponibilidad y el precio de los recursos hídricos.

Recientemente, en 2001, la Autoridad de Cuenca de Basilicata ha sido designada como organismo de gobierno local encargado de regular la gestión del agua, siendo una de sus prioridades la creación de un plan integrado para cada cuenca hidrográfica local, incluida la del Agri.

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g Grecia
Autor: Constantinos Kosmas <lsos2kok@aua.gr>

En Grecia, las tierras de regadío abarcan actualmente más de 1.327.000 hectáreas, lo que representa un 32% de la superficie agrícola nacional. De esta superficie, un 37% es abastecido por el sistema público de riego o por sistemas de drenaje, el resto por sistemas privados. La situación alimentaria del país ya había mejorado sustancialmente antes de la entrada en la Comunidad Europea en 1981, pero tras la adhesión el desarrollo agrícola supuso la puesta en cultivo intensivo de todas las tierras fértiles y regables. El agua se aplica de varias formas, desde el riego de superficie al riego por goteo o por aspersión. Si se tiene en cuenta que la eficacia de riego sigue el orden siguiente: goteo>aspersión>superficie, se puede esperar un considerable ahorro de agua gracias a la adopción de sistemas de riego localizado.

Sistema de riego por aspersión que provoca el sellado y el encostramiento de la superficie del suelo (fotografía de C. Kosmas).

Cuando la intensidad del riego por aspersión es elevada, los suelos pueden encostrarse debido al efecto de choque y de dispersión de las gotas. Cuando un suelo seco se moja rápidamente, el agua entra en los agregados del suelo siguiendo todas las direcciones, comprimiendo así el aire contenido en los poros. Esa presión provoca la ruptura de los agregados de la superficie que, al colapsarse durante el mojado, pueden formar una capa fluida de barro disperso (de varios centímetros de espesor en ocasiones) que obstruye los macroporos de la superficie. Esta obstrucción dificulta la infiltración del agua en el suelo y el intercambio gaseoso entre el suelo y la atmósfera. A esta capa se le suele dar el nombre de costra superficial. Una vez seca, esta capa dispersa encoge hasta formar una costra densa y dura que inhibe la emergencia de las plantas y desgarra las raíces al fragmentarse, formando diseños poligonales característicos. Se considera que el riego por goteo es más eficaz para proteger los agregados del suelo y ahorrar agua.

Capa dispersa superficial formando un diseño poligonal denso al secarse (fotografía de C. Kosmas).
Costra superficial impidiendo la emergencia de las plantas de algodón (fotografía C. Kosmas).

El riego en Lesvos está limitado a las zonas llanas de Kaloni, Gera, Eressos, Petra, Polyxnotos, y Thermi. El agua se extrae de los acuíferos o se transporta desde los manantiales de Agiaso. Se aplica generalmente mediante riego superficial o por aspersión, lo que causa problemas de encostramiento del suelo. Los problemas de salinización se dan sobre todo en las llanuras de Kaloni y Eressos.

La salinización es un grave problema tanto en Lesvos como en el resto del país. Se estima que alrededor de un 15% de las tierras bajas griegas está afectado o es sensible a la salinización. Durante los últimos 40 años, las condiciones climáticas y edáficas favorables, junto a la disponibilidad de recursos hídricos superficiales o subterráneos, han supuesto el cultivo intensivo de las tierras bajas. El desarrollo de esta agricultura intensiva ha permitido obtener unos rendimientos muy superiores a los de la agricultura realizada en zonas de monte o en terrazas.

Además, el desarrollo de rápidos medios de transporte y el abaratamiento de las ofertas turísticas han estimulado la expansión del turismo de masas doméstico y extranjero a lo largo de los últimos 30 años. El crecimiento del turismo ejerce un impacto significativo sobre el medio ambiente y en particular sobre los tipos de uso del suelo y la distribución de los recursos hídricos. Los cambios más inmediatos en el uso del suelo han sido (a) la adaptación de los cultivos a las demandas de los turistas, (b) la sustitución de algunos cultivos tradicionales y (c) el abandono de las tierras de baja calidad. La elevada demanda del consumo doméstico o de otras actividades económicas ha aumentado el precio del agua y el coste de la producción agrícola. Además esto ha hecho que en muchos casos se riegue con aguas de mala calidad (con una elevada conductividad eléctrica). La necesidad de intensificar la agricultura para compensar el aumento de los costes de producción, el uso de aguas de mala calidad y la falta de sistemas de drenaje apropiados son a menudo responsables de una degradación del suelo por encharcamiento, salinización, alcalinización y erosión.

Una alta acumulación de sales solubles en condiciones climáticas semiáridas ha conducido a la formación de tierras prácticamente improductivas en la isla de Lesvos (fotografía de C. Kosmas).

El transporte y la distribución de sales en un área y un perfil de suelo determinados reflejan las condiciones existentes de balance hídrico, así como la profundidad de las aguas subterráneas. Por lo tanto, las precipitaciones y la evapotranspiración junto a las características de los perfiles del suelo desempeñan un papel importante en esa distribución. Una reducción general de las precipitaciones o un aumento de la evapotranspiración causará un incremento de la superficie de territorio afectada por un exceso de sales o de sodio. Esto es debido a que en las regiones que tienen altas tasas de evaporación, la ascensión capilar es más rápida y los residuos salinos se acumulan en los lugares donde el drenaje es insignificante. La gravedad que alcanzará este fenómeno a escala local dependerá de varios factores controlados por el balance hídrico, el tipo de suelo y la inclinación y orientación de la pendiente, así como por los aportes totales de sales y sodio. Los problemas de salinidad en Grecia son más graves en las áreas que reciben entre 300 y 600 mm de precipitación anual.

A esto hay que añadir el uso creciente de fertilizantes y los vertidos de aguas residuales y otros residuos de orígenes diversos (con diferentes composiciones químicas que constituyen un riesgo medioambiental), que suponen para el campo un aporte de sales solubles suplementario.

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g Descripción general de la interrelación de los indicadores
Autor: Gonzalo González Barbera <gbarbera@cebas.csic.es>

El Aridity index - Índice de aridez es, probablemente, el mejor indicador de la expansión del regadío en términos de potencial natural de incremento de la productividad de los cultivos. La diferencia entre los Net farm income - Ingresos netos de la explotación de las tierras de regadío respecto a las de secano explica por qué los agricultores deciden cambiar de cultivos e invertir en el regadío, aunque normalmente se requiere un plan institucional, en forma de reglamento o ley sobre el uso del agua, que autorice tal transformación. Los recursos hídricos, sean las aguas subterráneas locales o los trasvases externos, están relacionados con el Expenditure on water - Gasto en agua y en energía. La degradación inducida por el incremento del regadío se manifiesta claramente en los cambios que se producen en la Groundwater depth - Profundidad de los acuíferos, en la relación bombeo/recarga y en la extensión de las áreas salinizadas, así como en el  Irrigation potential realised - Potencial de regadío realizado, a medida que va aumentando la superficie potencialmente regable que no puede ser abastecida de manera efectiva.

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